En la azotea del refugio

Hoy hace un dia un poco menos nublado de lo normal, no ha llovido... Está atardeciendo, pronto será de noche. Estoy sentada en el borde de la azotea, con las piernas colgadas sin tener miedo ninguno a caer. Estoy sentada por la parte contraria a la carretera, por lo tanto no tengo peligro de que nadie me vea, ademas de que si estuviese en el otro, la espesa maleza me habria ocultado igualmente. Entre nubes a veces algunos rayos de sol alcanzan mi cuerpo, haciendo que este reflecte la luz como miles de cristales. Suspiro y de un rapido salto, subo un poco mas arriba, al tejado inclinado de la buhardilla, donde me tumbo a contemplar las primeras estrellas que ya se ven, mientras el sol se funde entre el verdor de los arboles y el grisaceo anaranjado de las nubes mas bajas.

Me pregunto cuando podré llevar a cabo mis planes y dejarme de tanta tonteria de fingir ser humana, es realmente molesto. Permanezco tan inmovil como solo los de mi raza saben estar, aun a pesar de que la suave brisa agita y mece la falda de mi vestido y mi cabello negro. Es un vestido negro, de tirantes anchos, completamente mate. Lleva a partir de los tirantes, unas largas mangas hasta mas allá de las manos, anchas, de encaje negro, semi transparente pero bastante tupido. Tambien me cubre hasta el cuello. En la cintura y en el busto, llevo un apretado corsé rojo con tiras de cuero y hebillas, que no me resulta molesto en ningun momento. La falda, tiene vuelo y algunas ondas y capas de encaje por encima. Es hasta medio muslo, ya que por debajo de la rodilla, las piernas estan ocultas por mis usadas botas militares... Siempre criticandome la gente por usar esta vestimenta... Odio un pueblo tan pequeño de mentes tan cerradas... Y encima tenian que ser la mayoria humanos. Pobres ilusos. Creen que viviran mucho tiempo mas.

Subí a la azotea sin mucha prisa, con una tranquilidad pusilánime. Los bajos de los vaqueros que llevaba rozaban el suelo y a veces terminaba por pisármelos rompiéndolos aún mas de lo que ya estaban. Abrí la puerta que daba a la azotea para salir a la estancia amplia y tranquila. Las vistas eran exquisitas como de costumbre aunque muchos pensasen que debajo de mi sombrero no podía ver. Lo levante un poco para contemplar todo mejor y suspire. Me dí la vuelta para observarte - Oye... Siempre estas tan tranquila?... - saque una cajetilla de mi bolsillo, era una liadora. La abrí y coloque el tabaco en el sitio. Puse la boquilla y el papel de fumar. Lamí el extremo del papel y cerré la liadora, de manera que el cigarrillo listo salio por la rendija que tenia la tapa. Lo coloque en mi boca y sujetando la punta contraria con los dedos el cigarrillo se encendió. Di una calada y mire al cielo - Quieres uno?

Algo perturbó mi ansiada paz, uno de mis familiares, D.D. Suspiro levemente cuando siento su olor aproximandose a la azotea, y como finalmente sube, percibiendo todo cuanto hay a su alrededor, sobre todo a mi.
Enciende un molesto cigarrillo que me hace fruncir el gesto.
- Sí, normalmente lo estoy... Y no, gracias. Detesto esos artilugios humanos tan apestosos. - digo con cierto tono mordaz, en verdad el olor es desagradable. Me deslizo hasta caer por detrás del vulturi, quedandome cerca de su espalda, y paso los dedos por delante, apagandole el cigarrillo apretando sin mas la punta.
- Gracias~- digo con un susurro cerca de su oido.

Simplemente el cigarrillo se volvió a encender. - Que mas te da... Esto no te matara... - en el fondo me parecía cómico el hecho de tomar algo que me mataba poco a poco pero que nunca terminaría de matarme. - Ademas... solo fumo... cuando me da... que no suele ser muy a menudo... y lo hago aquí para no molestar a nadie... ya siento molestarte... - sonreí y le di otra calada. Iba a dar igual cuantas veces lo apagases, el cigarrillo se encendería solo igualmente.

Resoplo, apartando una nubecilla de humo que pasa por delante de mi cara.
Rodeo la cintura del vulturi con los brazos, divertida de ver su reaccion y apoyo la barbilla en el hombro de este, con la boca peligrosamente cerca de su cuello, como un simple juego en realidad.

- Y como van las cosas por aqui...? Esta ciudad es realmente aburrida... Hay algo entretenido para hacer? Terminaré siendo de piedra de verdad como esto siga asi...- protesto, hablando en susurros casi inaudibles aunque no para él, y finjo tambien un tono infantil, de niña pequeña que se aburre y quiere jugar..

Vete a cazar algun borracho... no se... yo me alimento de los animales... - me encojo de hombros y miro al cielo. No sabia si decir que eras una farsante o en el fondo eras una niña pequeña pero me daba igual, yo estaba a lo mio, y no me iba a preocupar por ti. Las cosas yo las hacia para sacar algo bueno a cambio.

Aaarg.... Como puede mantener esa dieta? Con lo deliciosos que son los humanos, simples bolsitas de zumo...
- Nunca entenderé como es que alguien como tu se decide a estar en los vulturis, y a tener esa insipida dieta. Con lo deliciosa que es la calida sangre humana y sobre todo esos rostros de terror con los que te miran...- susurro antes de apartarme de su espalda y rodearle con gracia hasta posarme por delante de él. Soy algo mas baja, me saca media cabeza. Le observo con un aire curioso y divertido, pero tambien algo malvado en realidad. Me gustaria que fuese algo mas interesante, asi... El dia a dia en Forks seria menos aburrido.

Estoy en los vulturi... Porque sino se dedican a intentar darme caza y a arruinarme la vida no dejandome en paz... Por su seguridad me tienen controlado... Ahora mismo, si quisiera... podria matar a todos y cada uno de los vampiros que hay en el refugio... - mire al cielo con suma tranquilidad, despreocupado - Ni la enana esa, Jane, me hace nada para que no me descontrole... Y en el fondo eso me da miedo incluso a mi... Es un asco ser un peligro incluso para ti mismo... - me rei y te mire. La maldad brillaba en ti, no sabia decir quien seria peor, si tu o la enana.

Descontrolarse... Sonrio con ganas. ¿Por que conrolarse y vivir encerrado en una jaula?
- No ansias ser libre?... Por que encierras lo que llevas dentro? Yo podria ayudarte a descontrolarte, te aseguro que lo haria mejor que nadie... Acaba con tu prision, David...- Digo con susurros algo siseantes, intentando incitarle, mientras que acaricio su calida mejilla con una de mis petreas y heladas manos. Creo que el no sabe mi don, seria bueno que lo descubriese... Pero, por sí mismo?....

Te doy tres segundos para que apartes la mano... - dije con seriedad. No podía permitirme descontrolarme por muy tentador que fuera. Aunque siempre podría crear mi propio clan. No, no debía. Ahora estaba a gusto y vivía sin problemas. Te mire a los ojos, me estabas haciendo dudar a posta pero no caería en tus provocaciones.

Bajo la mano con lentitud, siendo obediente, pero permanezco cerca de él, utilizando en todo momento la velocidad humana para los gestos.
- Por que estar bajo las ordenes de un par de vampiros decrepitos? Realmente quieres cumplir sus ordenes sin sentido? Cuanto mas poder tengan, menos libertad dejarán a los vampiros que ansían ser libres... Yo puedo ayudarte, David... - Si él se rebelase contra los vulturis, seria magnifico, todos mis planes podrian cumplirse de una sola estacada... Lastima que esos tres viejos no esten en Forks... Creo.

Me cubrí la cara con una mano. En el fondo quería exterminar a todos los vampiros que mataban humanos pero por otro lado, ahora eran mi familia y la moral me decía que no lo hiciera. Además, a mi nunca me ordenaban nada y hacia lo que me daba la gana, la única orden que me dieron fue de no lastimar a Bella, Edward, Alice y Renesmee. - Eileen... Por favor... No sigas... Además... Con ayudarte no conseguiría nada. - me reí y te volví a mirar. Era una manera estupenda de evitarlo. Realmente yo no sacaría nada bueno de ello así que no me interesaba lo que me ofrecías.

Agacho la cabeza afligida, y le doy la espalda mirando hacia los arboles.
- Tengo miedo. Me hicieron de la familia simplemente por mi don, les es util. Odio a todos y cada uno de ellos, tan frivolos... Sí, yo odio a los humanos, para que negarlo... Pero detesto cuando matan a los de nuestra especie simplemente por pensar mal de ellos, o por desobedecer algo sin sentido, que no perjudica a nadie. ¿Por que tienen que ser los amos y señores?... Seria mejor para todos que desaparecieran. - mientras hablo, me tiemblan los hombros, y me encojo un poco incluso, hablando en un tono demasiado bajo, dificil de entender hasta para D.D, que está realmente cerca.

"¿Se ha ensimismado?" pensé aturdido. No esperaba esa reacción de ti y menos una confesión como esa. Me acerqué por detrás un poco mas y te giré. No sabía si llamarte pequeña pues aunque parecías mas joven que yo, podías ser mucho mayor a mi aunque conocía a pocos vampiros mayores que yo, preferí no jugármela. - Tranquila... Te quieren por tu don... No te mataran por mucho que desobedezcas. Te quieren por tu don, porque tienen miedo de el... Eso te mantendrá a salvo. A mi me funciona...

Hundo la cabeza en el petreo pecho del hombre, conteniendo con completo exito una sonrisa, y sigo con mi perfecta actuación.
- Si desobedezco sus ordenes o los traiciono... Sí me matarán, si mi don no está con ellos, que no esté con nadie, me lo advirtieron una vez, antes de que tu llegases al aquelarre ya les habia intentado traicionar, hace ya demasiados años. Ellos no olvidan ni perdonan. No conocen segundas oportunidades... Quiero conocer algo distinto, sentirme libre.- murmuro, volviendome a encoger del espanto.

Había hecho bien en no llamarte pequeña... Me extraño bastante lo que habías dicho pues si te querían por tu don, probablemente no te matarían aunque no podía decir nada, después de todo, no sería la primera vez. - Venga... Tranquilizate... Los vampiros somos seres frios no? No deberías comportarte como una cría sobretodo teniendo mas de 247 años que son los que tengo yo... - No me entendía, pero no soportaba ver a la gente llorando ni asustada, me gustaba manipular a las personas pero no hacerles un daño grave.

Hice rapidos calculos mentales, en realidad apenas habia diferencia entre nosotros...
- Tu como humano, naciste dos años antes que yo, cuando a mi me convirtieron tu tenias veintiun años mas o menos... Apenas hay diferencias entre nosotros realmente. Solo que yo me uní un par de decadas mas tarde, llevo casi toda mi vida vampirica con ellos. Y ciertamente, estoy cansada...- digo, resoplando, y vuelvo a girarme mirando a los arboles, pero apoyando la espalda en el cuerpo del vampiro.

Yo no llevo mucho con esta gente... No mas de 50 años creo... No se... Desde que me convertí no suelo saber en que día vivo... Solo me entero por el año nuevo... - me aguante la risa porque estabas malo pero realmente me hacia mucha gracia el perder la noción del tiempo constantemente. - Puede que algún día me vaya... Los Cullen son buena gente... En el fondo me caen bien... Supongo que si dejo a los Vulturi me iré con ellos...

- Me alegra que lo tengas tan claro... Yo probablemente vague sola. No encajo en ningun lado realmente... Pero jamas podremos escapar de los vulturis.- agacho la cabeza, afligida, pero alegre conmigo misma por ser tan buena actriz, no ha notado nada. Incluso intento provocarme a mi misma cambios de animo para que sea todavia mas creible. Si los vulturis desapareciesen, que seria de mi? ¿Con quien iria...?

No nos seguirán... te lo prometo... - te sujete la cabeza contra mi pecho por si necesitabas llorar mas y suspire. Como odiaba ver a la gente llorar. Entonces se oyeron unos pasos ascendente, probablemente un vampiro insignificante que vendría a la azotea a hacer algo. Nada mas se abrió la puerta, lo miré y antes de que se pudiera dar cuenta de lo que le estaba ocurriendo, estaba quemándose en el suelo. La única prueba de que lo había hecho yo era mi mano abierta apuntándole y la mirada asesina que le había mandado. - Y si nos siguen... acabaran como el...

Estoy a punto de sonreir satisfactoriamente, interiormente, antes de oir esos pasos. Y luego, ese fuerte aroma que apuñala mi olfato, el de un vampiro quemandose. Tiemblo con verdadero temor, viendo la facilidad con la que quedaabamos reducidos a simples cenizas a manos del vulturi. Me encojo mas contra él.
- No... no puede ser asi, puede que a ti no te persigan, eres fuerte... pero yo no, yo no tengo nada que me mantenga a flote.- trato de inflingirle pena, para ver por donde van esos tiros~

Confia en mi... si preguntan, el nos ataco... todavía estamos con ellos recuerdas?... pero pronto cambiaran las cosas, te lo prometo. - sonreí y te acaricie la nuca con suavidad. Parecía que ya estabas mas tranquila y la verdad, en el fondo odiaba a los vulturi y sabia que tarde o temprano terminaría rebelándome contra ellos. Los odiaba por el daño que causaban al mundo y estaba harto de pertenecer a ellos.

Me encanta ser tan manipuladora y rastrera, he conseguido lo que queria, ahora solo se trata de... acelerar el proceso.
- Crees que tenemos alguna meta que cumplir? Muchas veces he pensado que he dejado e ser un ser vivo... Hablando con el licantropo el otro dia... abrí los ojos. No soy mas que una marioneta, un simple objeto inerte, algo fuera de la frontera entre la vida y la muerte. ¿Importamos algo?... Tenemos derecho a... sentir?- Pregunto, deshaciendo el abrazo, y girandome para darle la espalda, y así mirar hacia el cielo ya oscuro, pues el atardecer hace rato que acabó, en mitad de nuestra charla.
- Sabes..? Mejor olvidalo... No tengas en cuenta lo que te he dicho de irnos de los vulturis. Yo no tengo senda que seguir, eso me haria perderme facilmente. Y si seguimos en los vulturis... al menos voy en la misma que tu. Si hay algo que les agradezco es el haberte conocido, aunque nunca hayamos hablado demasiado... No era capaz de hacerlo. Tenia que mantener mi capa de frialdad y maldad.- digo, agachando la cabeza y todava dandole la espalda, simulando verguenza y duda.

Sonrei y en mi cabeza rondaron sospechas, de pronto cambiaste de idea y no me lo tragué. Me extraño bastante de echo aquél cambio de humor y creencia tan repentino. Aun así disimule y decidí que te seguiría el juego sobretodo por esa declaración de amor. - ¿Tienes miedo?... Ya has visto lo rápido que se puede reducir a un vampiro a nada... Tu idea se me ha quedado en la cabeza... Y no pienso rechazarla... Si tu no quieres acompañarme entonces me veré obligado a quedarme contigo...

Sacudo la cabeza, sin haberme dado cuenta de nada.
- A ver... no me entiendes... Claro que quiero irme, pero seria algo demasiado arriesgado... Ese vulturi nisiquiera pertenecia a la guardia, era de bajo rango. No tenemos nada que hacer. Y yo dudo que encaje en esa familia vegetariana, no podria adaptarme. Mi don no me lo permite, en caso de que podamos escapar. Yo no tengo lugar, pero tu si, y no vas a quedarte aqui. Me alegro de al menos haber hecho algo util como darte esa idea, me gustaria verte algun dia sonriendo. - digo, mirando a otro lado todavia dandole la espalda. Casi me lo estoy empezando a tragar yo. Una chica que quiere a otro, y ambos están en una mala situacion, pesima, y ella quiere irse, pero por otra parte no para que no sufran ningun daño, que bonito(L) Tengo que dejar de leer esos libros, me perjudican.